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Colegio Camino Real

27 Ene, 2020 | Colegios, Educación, Mejores Centros Educativos 2020 la razon

Desde la izquierda, Alejandro Pino y Manuel Blanco, titulares de la institución educativa, Coral González, Rosa María Simón, Pilar Gómez e Israel Ampuero en el estudio de radio del centro

“Tenemos que conseguir entre todos que la FP no sea el patito feo de la educación”

Manuel Blanco

director ejecutivo

Coral González

directora pedagógica

Rosa María Simón

subdirectora y jefa de estudios

Israel Ampuero

doctor en Biología

Pilar Gómez

diplomada en Enfermería

Con 42 años de historia, el Colegio Camino Real se ha convertido en un referente en Torrejón de Ardoz (Madrid) e incluso en provincias cercanas desde las que se desplazan diariamente algunos de sus estudiantes de FP media y superior. La mayoría de sus alumnos llegan con pocos meses a su escuela infantil y pasan allí toda su etapa educativa hasta que van a la universidad, gracias a una completa oferta que abarca hasta el bachiller. La calidad de sus instalaciones con capacidad para 3.000 plazas, habla por sí sola , y explica los altos niveles de formación que alcanzan sus alumnos.

¿Cómo define el proyecto educativo del Colegio Camino Real?

Manuel Blanco: Los actuales titulares dirigimos la institución desde diciembre de 2007. Traíamos un proyecto educativo que empezaba por la creación de una escuela infantil de primer ciclo, porque Pedro Rollán, que era el alcalde de Torrejón, nos dijo que había un déficit de plazas en el pueblo. No quisimos abrir una guardería al uso sino que construimos una escuela infantil con 250 plazas en la que los niños aprenden inglés con nativos desde los cuatro meses. Fue el primer edificio nuevo. Cuando llegamos, había unos 3.000 metros cuadrados edificados sobre una parcela de casi 13.000 metros cuadrados, y hoy en día estamos en torno a los 12.000 metros construidos. El colegio tenía primaria, secundaria y bachiller, y nuestro proyecto contemplaba ya la incorporación de ciclos de formación profesional. El entonces director gerente de becas en la consejería de educación de la Comunidad de Madrid nos había asegurado que nos concertarían 20 ciclos de FP, pero al final sólo nos dieron cuatro, por lo que al cabo de un año decidimos renunciar al concierto, que era inviable mantenerlo con cuatro ciclos, y ofrecer FP privada. Empezamos con 21 ciclos y este curso ya tenemos 31. Ahora tenemos un centro único en España, con una oferta desde educación infantil hasta bachiller y FP de grado medio y superior, y capacidad para 3.000 alumnos.

 

¿Qué lo diferencia de otros centros privados?

M.B.: Uno de nuestros signos distintivos son los idiomas, y eso que los centros privados no podemos decir que somos bilingües aunque lo seamos más que los que se llaman así. Es un impedimento legal que ha puesto la consejería de educación de la Comunidad de Madrid, que me parece una deslealtad hacia las instituciones privadas que impartimos entre 12 y 15 horas semanales de inglés. Desde los cuatro meses los niños ya están con una nativa, y a partir de tres años también impartimos chino mandarín. Nuestros alumnos están obteniendo las titulaciones correspondientes en las pruebas externas, tanto en inglés como en chino. Además, tenemos francés y estamos estudiando implantar el alemán.

¿Y qué diferencia al centro de formación profesional?

M.B.: La principal diferencia es que tenemos unas instalaciones extraordinarias, con todos los elementos y dotaciones que la consejería exige. Por ejemplo, emergencias sanitarias tiene una carpa para simulacros y una ambulancia real operativa completamente dotada, con la que los alumnos hacen prácticas desde el primer día, porque se trata de ciclos eminentemente prácticos. Otra gran diferencia es que hace tres años hemos empezado a desarrollar un proyecto de investigación en el que participan todos los alumnos y profesores, bajo la dirección de dos profesionales altamente cualificados y con mucho rodaje en la empresa privada… Son iniciativas que lanzamos para combatir la competencia desleal que nos hace la consejería, que nos quita a los profesores que vamos preparando para llevárselos a la educación pública.

 

¿Cómo se consigue que funcione un centro que tiene alumnos de edades y etapas educativas tan diversas?

Coral González: Se consigue, primero, con personas competentes. Tenemos un equipo de extraordinarios profesionales que sacan a flote cuantos objetivos están planteados en el proyecto. Llevo 42 años aquí y siempre hemos considerado que la calidad educativa se fundamenta en tres pilares: primero, el prestigio, que se adquiere tras muchos años de bagaje y avalado por los resultados académicos; segundo, las instalaciones, las enseñanzas y los servicios que ofrecemos a los padres y, por último, el ambiente de disciplina y respeto que convive en las aulas y en toda la comunidad educativa. Con esos ingredientes y con los profesionales y la capacitación necesaria, es muy fácil llevar el timón de la institución, aun teniendo tres centros: la escuela infantil, el colegio y el centro de estudios profesionales, en el que tenemos ciclos formativos de diferentes familias profesionales, y al que vienen bastantes alumnos de Guadalajara y Toledo. Y a distancia tenemos alumnos hasta en Tenerife, y queremos entrar en el mercado suramericano.

¿Qué papel han ejercido para contribuir a prestigiar la FP?

Rosa María Simón: Yo creo que lo más importante es considerar al alumno como el pilar fundamental de toda la educación, independientemente de que sea la escuela, el colegio o el centro de FP. Los alumnos, cuando se sienten atendidos y escuchados en todas sus necesidades, van a trabajar muy bien, van a conseguir unos buenos resultados, y eso va a revertir en su propio futuro, pero siempre guiados por un buen profesorado que valore su trabajo en el día a día. Uno de los motivos que está dando prestigio a la formación profesional es la alta empleabilidad, y nosotros contribuimos activamente porque nuestros alumnos salen muy bien preparados y más del 90% se quedan trabajando en los centros en los que realizan las prácticas. Esto es síntoma de que han tenido una buena formación, además de su propia buena actitud, que es fundamental. A los que todavía consideran la FP el patito feo de la educación les demuestran que su trabajo es bastante necesario y que han llegado a él con una formación de calidad.

M.B.: Es verdad que entre todos tenemos que aportar un granito de arena para conseguir que la FP no sea el patito feo de la educación, y pase a ser, como en Alemania, una alternativa a la universidad. Hay que dejar muy claro, además, que desde la FP se puede acceder a la universidad. Nuestro ciclo de anatomía patológica tiene muchísimo éxito, en parte, porque da acceso a Medicina, y además con la convalidación de entre 115 y 120 créditos. Y el 100% de los alumnos que se han titulado hasta ahora en nuestros dos ciclos de grado superior de informática han encontrado empleo en la misma empresa en la que han hecho las prácticas. Esa empresa está optando por contratar a técnicos de FP y combinarlos con ingenieros aeronáuticos e informáticos porque tienen bastante más experiencia, se desenvuelven mejor porque es gente de campo. Vamos a abrir una bolsa de empleo porque hay otras dos empresas interesadas en ellos.

 

Y los alumnos de bachiller ¿con qué nivel llegan a la Ebau?

R.M.S.: A través de la labor orientadora de los profesores, que es muy importante en el centro, apoyada por la psicóloga del centro, ya desde pequeños guiamos a nuestros alumnos, que la mayoría llegan en infantil y terminan con 18 años, para descubrir las capacidades de cada uno y potenciarlas. Para nosotros cada alumno es único e irrepetible, y tiene unas capacidades que hay que desarrollar. Cuando llegan al bachillerato ya tienen definido lo que mejor se les da y dónde pueden triunfar. Es muy significativo que tenemos un 100% de aprobados en la Ebau.

C.G.: Ese planteamiento de la orientación lo tenemos desde primaria con un proyecto de desarrollo de capacidades, en el que intentamos, a través del talento que tiene cada niño, descubrir lo que mejor sabe hacer. El proyecto incluye actividades complementarias impartidas por profesores del centro en todas las áreas, incluso música y teatro, y es en esos talleres donde conseguimos que los alumnos brillen y destaquen. Los docentes tenemos la obligación de descubrir en qué destaca cada alumno para que desde pequeño tenga muy alta la autoestima y se desenvuelva en el futuro en aquello que le guste hacer.

El proyecto de investigación que comentaban antes entiendo que no es nada común en un centro de FP.

Israel Ampuero: Es algo completamente novedoso, diría que somos el único centro que tiene un proyecto de investigación científico en su seno, y además ofreciéndoselo a los alumnos como parte de su formación. Contando con laboratorios dotados de todo el instrumental y aparatologia médica, el proyecto tiene dos ramas, una de medidas antropométricas y de recogida de datos y otra de genética, de la que me encargo yo, y en las dos estamos involucrados todos los profesores de las ramas sanitarias e informáticas del centro. Los propios alumnos son los pacientes y además colaboran tanto en la obtención de los datos como en la búsqueda de información para desarrollar el trabajo. Están colaborando en todos los pasos del proyecto, y también se van a meter en el laboratorio conmigo.

 

¿Cuál es el objetivo del proyecto?

I.A.: Estamos estudiando el síndrome metabólico, que es una lacra de la sociedad moderna y de la alimentación y el estilo de vida que tenemos, que provoca que haya niños con sobrepeso y con problemas con el azúcar. Estamos estudiando también cómo afectan ciertos parámetros, tanto médicos como genéticos, al riesgo de padecer ese síndrome. Si conseguimos educar a los niños de hoy en la alimentación y en el ejercicio para que no entren en ese ciclo de comer y engordar, y si además somos capaces de prever algunos marcadores biológicos que aporten un riesgo añadido, podemos ahorrar mucho dinero a la sanidad.

 

¿Qué tiempo tienen previsto para el desarrollo del proyecto?

Pilar Gómez: Comenzamos el curso pasado porque vimos que los datos de la OMS eran alarmantes, tenemos una epidemia de obesidad infantil, y creímos que era importante estudiarlo. Dado que estamos en el colegio, podemos llegar a una población vulnerable a este síndrome, y es muy innovador dar la oportunidad a los alumnos de FP de pertenecer a un grupo de investigación, que va a ser muy positivo para ellos a nivel curricular, profesional y de desarrollo. El año pasado empezamos a hacer las primeras mediciones, y los alumnos de informática hicieron una base de datos. Cada grupo se encarga de tomar unas medidas. Por ejemplo, los de cuidados auxiliares de enfermería toman tensiones arteriales y hacen mediciones de frecuencia cardiaca, y los de técnico de emergencia recogen la glucemia. Hacemos incluso ecografías de riñón. Israel y yo dirigimos el proyecto pero también participan profesores de todos los campos: farmacéuticos, biólogos, veterinarios, médicos… Y los informáticos han creado una aplicación que todos los alumnos tienen en sus teléfonos, para que la recogida de datos sea anónima.

¿Cómo han reunido la dotación necesaria en un centro de FP?

M.B.: Ya de partida nos dotamos al 100% con todos los requisitos legales que exige el boletín oficial de la Comunidad de Madrid para impartir la FP, de lo que carece el 90% de los centros. Si entras en el taller de imagen para el diagnóstico, puedes pensar que estás en un hospital, y tenemos una carpa de 1.200 metros cuadrados donde podemos hacer todo tipo de simulacros a cubierto. Para el proyecto hemos mejorado aún más las dotaciones, y estamos ultimando el laboratorio de investigación con los retoques que nos han pedido los técnicos. Para mí es muy importante concienciar a las administraciones públicas, a los agentes sociales y al estado en general de que la educación no es un gasto, es una inversión.

 

¿A quién van a beneficiar los resultados del proyecto?

P.G.: Nuestra intención es publicar los datos dentro de entre dos y cuatro años para contribuir a disminuir el síndrome metabólico, y si la gente ve que aquí hacemos estudios de investigación y nos quiere copiar, no es que no nos importe, es que aportaremos mucho a la comunidad habiendo creado este tipo de oportunidades, y ese es nuestro objetivo, mejorar la salud social, prestigiar la Formación Profesional y aportar nuestro granito de arena desde la inversión en educación.

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